lunes, 3 de junio de 2013

CRÓNICA


Una crónica es una obra literaria consistente en la recopilación de hechos históricos narrados en orden cronológico. La palabra crónica viene del latín chronica, que a su vez se deriva del griego kronika biblios, es decir, libros que siguen el orden del tiempo. En una crónica los hechos se narran según el orden temporal en que ocurrieron, a menudo por testigos presenciales o contemporáneos, ya sea en primera o en tercera persona.
Se entiende por crónica la historia detallada de un país o región, de una localidad, de una época, de un hombre o de un acontecimiento en general, escrita por un testigo ocular o por un contemporáneo que ha registrado, sin comentarios, todos los pormenores que ha visto, y aún todos los que le han sido transmitidos. Tales son por ejemplo, las crónicas latinas de Flodoart, canónigo de Reims, y de Guillermo de Naugis y las crónicas francesas de Froissart y de Monstrelet. De todos los países europeos acaso los más ricos en crónicas sean Francia, España, Italia e Inglaterra.
En la crónica se utiliza un lenguaje sencillo, directo, muy personal y admite un lenguaje literario con uso reiterativo de adjetivos para hacer énfasis en las descripciones. Emplea verbos de acción y presenta referencias de espacio y tiempo. La crónica lleva cierto distanciamiento temporal a lo que se le llama escritos históricos. Por medio de las crónicas se pueden redactar escritos, tomando las opiniones de varias personas para saber si esto es cierto o no, como en el libro Crónica de una muerte anunciada escrito por Gabriel García Márquez.

Las crónicas son también un género periodístico. Se las clasifica como "amarillas" o "blancas" según su contenido. Las "amarillas" tienen material más subjetivo y generalmente la voz autorizada es una persona o ciudadano común; las "blancas" usan material más objetivo y la voz autorizada es, generalmente, la autoridad, un profesional, etc.

EXTRANJERISMO


Un extranjerismo es un vocablo o expresión que un idioma toma de otro, sea para llenar un vacío semántico o como alternativa a otras expresiones ya existentes en la lengua de destino o simplemente palabras de otros idiomas que hemos adoptado a lo largo de los años. Puede mantener su grafía y pronunciación original, en cuyo caso se lo llama propiamente barbarismo, o puede adaptarse a la lengua que lo acoge.
Los extranjerismos son un caso especial de préstamo lingüístico. Este último término también sirve para designar no sólo la adopción de palabras, sino también de estructuras gramaticales.

PUNTO Y COMA


El punto y coma (;) es un signo de puntuación que consta de una coma con un punto sobre ésta. Ortográficamente se utiliza:
Para unir dos oraciones relacionadas en una sola frase:
María estaba apenada por el examen. + María tendrá que estudiar más. = María estaba apenada por el examen; tendrá que estudiar más.
Está lloviendo mucho + No podremos ir caminando = Está lloviendo mucho; no podremos ir caminando...
Generalmente se puede substituir por construcciones del tipo:
María estaba apenada por el examen y tendrá que estudiar más.
No podremos ir caminando porque está lloviendo mucho.
Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas:
Había que estar en contacto con la naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el viento; dormir sobre tablones, sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.
Delante de las conjunciones o locuciones como pero, mas, aunque, sin embargo, por tanto, por consiguiente, cuando los periodos tienen cierta longitud:
Trabajamos como locos en ese proyecto porque teníamos confianza; sin embargo, los resultados no fueron los que esperábamos.
Para unir dos preposiciones:

Muchos fueron los que querían llegar a la meta; pero [conjunción adversativa] fueron pocos los que pasaron. Se puede utilizar también cuando se unen oraciones que dentro de ellas ya llevan coma. En oraciones largas, antes de las conjunciones aunque, más, pero, entre otras. Cuando dos oraciones se unen sin una conjunción.

ORACIÓN COMPUESTA COORDINADA


Una oración compuesta coordinada es la que está conformada por dos o más cláusulas que no dependen gramaticalmente una de la otra. Conceptualmente, se opone a la oración subordinada, en la cual al menos una de las cláusulas sí depende de la otra, por ser un constituyente sintáctico de ella (cumple la función de sujeto o de objeto directo, de adverbio, de adjetivo, etc.). Por ejemplo, al decir "Gloria trabaja y su hijo estudia", tenemos dos oraciones, coordinadas por la conjunción "y", que funcionarían con sentido independiente si estuvieran separadas. En cambio, al decir "Gloria trabaja para que su hijo pueda estudiar", la segunda cláusula cumple la función de adverbio y, si dijéramos solamente "su hijo pueda estudiar", nos quedaría faltando algo. En ese caso la segunda parte es una oración subordinada de la primera.
La oración coordinada involucra la unión de elementos de igual categoría, por lo general unidos solamente por un conector, casi siempre una conjunción no subordinante. En este sentido, la coordinación consiste en la unión de dos o más cláusulas en una unidad mayor (la oración compuesta) que funciona del mismo modo que sus componentes.

A diferencia de lo que sucede en las oraciones subordinadas, en las oraciones coordinadas no existen restricciones de consecutio temporum (o secuencia de tiempos), por lo que los valores del modo y tiempo gramaticales son independientes para cada una de las cláusulas.

LITERATURA ROMANTICA

Otros nombres que destacan son los cubanos José María de Heredia y Gertrudis Gómez de Avellaneda. Cabe citar también la primera parte de la obra del notable narrador chileno Alberto Blest Gana, cuya producción modelada por el costumbrismo de Balzac se interna en las fisuras del idealismo romántico. También las obras del guatemalteco José Batres Montúfar han sido muy importantes en toda Latinoamérica. Por otra parte, los venezolanos Juan Vicente González y Juan Antonio Pérez Bonalde fueron los representantes del movimiento en ese país.

LA LITERATURA NEOCLASICA


El término Neoclasicismo (del griego "neos"-νέος, latín "classicus" y griego "ismos"-ισμός) surgió en el siglo XVIII para denominar de forma peyorativa al movimiento estético que venía a reflejar en las artes los principios intelectuales de la Ilustración, que desde mediados del siglo XVIII se venían produciendo en la filosofía, y que consecuentemente se habían transmitido a todos los ámbitos de la cultura. Sin embargo, después de la caída de Napoleón los artistas no tardaron en cambiar sus ideas hacia el Romanticismo y el Neoclasicismo fue abandonado.